Grado de dificultad: 1 (un bonito fenómeno óptico que solo pasara una vez en 2019: el 21 de enero)
Columnista: Roberto
Un evento periódico no tan frecuente
TMN no podía dejar de hablar del evento celestial que acaba de pasar. Técnicamente, fue un eclipse.
Un eclipse es cuando la luna o el sol visualmente desaparecen parcial o totalmente. Eso puede pasar por dos razones opuestas:
- Cuando la luna se interpone entre la tierra y el sol (“pasa delante del sol”), fenómeno que se aprecia de día y que se llama un eclipse de sol (no es muy frecuente).
- Cuando la tierra se interpone entre el sol y la luna, fenómeno que se aprecia de noche y que se llama un eclipse de luna.
El que acaba de ocurrir es de la segunda categoría. Unos, con razón, podrán objetar, de manera sarcástica, que esta segunda categoría pasa cada 28 días (el estricto opuesto de la luna llena).
¡Es absolutamente cierto! No que quisiéramos rebajar la importancia del evento de la noche del 20 al 21 de enero, solo resituamos las cosas en su contexto.
¿Entonces porque este evento es tan mediatizado?
Una configuración particular
El principio y su diagrama
La razón es que la configuración requerida no es tan habitual: el sol, la tierra y la luna deben estar perfectamente alineados… Y no, eso no pasa cada 28 días.
Lo que pasa cada 28 días es que la “sombra” de la tierra tapa completamente la luz, y por eso la luna se vuelve completamente ocultada, “negra”.
Cuando el sol, la tierra y la luna están perfectamente alineados, un fenómeno óptico, siempre presente pero generalmente inobservable, se puede observar.
El diagrama a continuación no “aclara” mucho, pero nos ayuda a explicar más fácilmente.

Refracción y difracción
Refracción y difracción son dos términos que, muy probablemente conocen, sin saber bien a que corresponden.
Se trata de dos fenómenos ópticos que se producen cuando la luz encuentra un obstáculo sobre su camino.
Nota: el tercer fenómeno óptico conocido es “la reflexión” que está maximizado en el diseño de los espejos (casi toda la luz está reflectada, y hay muy poca difracción y refracción).
Difracción
Cuando un objeto opaco “tapa” una luz, pasa lo que muestra el diagrama siguiente:

La fuente de luz está en amarillo a la izquierda.
El rayo superior es la luz que no está tapada por el obstáculo. El rayo inferior es el limite de la luz “justo antes de ser tapada” (los rayos inferiores a este están completamente tapados).
Uno podría pensaría que el fenómeno es “binar”: “te veo o no te veo”.
La realidad es más gradual, como lo simboliza el diagrama: este rayo que llega, llamado el rayo “incidente”, después de “rozar” el borde del obstáculo, se dispersa en varios rayos, progresivamente más atenuados a medida que el ángulo se aleja de la línea recta.
Estos rayos que se van son los rayos “difractados”. Es un fenómeno que conocemos bien: lo vemos cada mañana con el sol al “amanecer”, y cada final de día al crepúsculo: el sol es invisible y sin embargo su luz se percibe, atenuada.
Refracción
Cuando la luz atraviesa un objeto “transparente”, pasa un fenómeno un poco más difícil de explicar. Es el que muestra el diagrama siguiente:

Si el rayo “incidente” es perfectamente perpendicular (los matemáticos dicen “normal”) al lado del objeto, pasa derecho.
Si presenta un ángulo “de incidencia”, el objeto “puede” desviar este rayo si la materia del objeto es diferente al medio en el cual se propagaba la luz antes de tocar el objeto.
Es, por ejemplo, lo que pasa cuando una luz, que atravesaba el aire, toca un cristal (vidrio, diamante, zafiro, u otro).
El fenómeno es más complicado porque hay que entender que la luz “blanca” que conocemos es una combinación de vibraciones a varias “frecuencias”. Al atravesar el objeto “transparente”, cada “frecuencia” reaccionará de manera diferente: estará desviada bajo un ángulo diferente.
Es un fenómeno más complicado y sin embargo muy conocido: es lo que crea el arcoíris y provoca el efecto de “prismo” en los vasos de vidrio y en las piedras preciosas.
Fin del curso exprés de óptica básica.
Explicación de la “luna roja”
Repitamos el diagrama inicial que no entendíamos.

Cuando los rayos del sol encuentran la tierra sobre su camino, todo el borde alrededor de la tierra va a difractar la luz.
La luz difractada se encontrará exactamente en la mitad, después de la tierra, donde se esperaría solo obscuridad. Generalmente, la luna no está exactamente en la mitad, razón por la cual se ve ocultada.
Si está exactamente en la mitad, la luna se ve, pero ocurre un fenómeno de refracción por la atmosfera alrededor de la tierra (antes de llegar a la tierra, la luz se propagaba en el vacío, que tiene un “índice de refracción” diferente del aire).
La difracción hace que los rayos de luz que se ven en la mitad no son más una luz blanca sino ligeramente “colorada”.
Insistimos aquí sobre el término “ligeramente”, porque la luz que se percibe es solo ligeramente más amarilla que blanca. El término dramático “luna roja” es de origen antiguo y era utilizado (por astrólogos, sacerdotes, pastores, etc.) para asustar la gente (#manipulación).
Nota: el uso del imperfecto en la oración anterior (“era”) es, desafortunadamente, desacertado: esta vez, de nuevo, si buscan en YouTube, encontraran fácilmente predicciones de fin del mundo asociadas a este evento.
Entre otras, la foto encabezando el artículo hace creer que el color percibido es muy rojo. ¡Mentiras! Le pusieron un filtro para hacerla más roja.
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