Grado de dificultad: 1 (La única dificultad es, la inevitable neolengua)
Columnista: Roberto
Nuestro título es un atrevimiento: no lo sabemos a “ciencia cierta” (porque no existe tal cosa). Lo sospechamos.
Recordatorio preliminar: TMN está ubicado en Colombia (Suramérica).
Un poco de sal en la herida de los petroleros
Contorción neolingüística
2023 promete ser un muy interesante año en materia de vehículos eléctricos, del lado oeste del Atlántico …
Del lado este, parece que la cosa ya está andando. De nuestro lado no lo está, o, por lo menos, no oficialmente. Esta aclaración es necesaria porque todos los concesionarios tienen monumentales listas de espera para HEV (Vehículos Eléctricos Híbridos) y EV’s (Vehículos Eléctricos).
Y es por eso que este año será interesante, en un sentido sarcástico. Oí recientemente un ejemplo de contorsión neolingüística por un periodista que hablaba de ventas de vehículos eléctricos.
El periodista notaba que en noviembre de 2022 se habían vendidos menos EV y HEV que en el resto del año.
Era cierto, aunque no por la razón insidiosamente sugerida:
Las importaciones fueron limitadas por ciertas presiones (¿alguien dijo Ecopetrol?), y las disponibilidades bajaron al final del año. AKA no se vendió más porque no había más.
Consumos comparados de refrigeradores con vehículos eléctricos
¿Pero aquién le interesa a tales detalles? (respuesta: a todo el mundo, incluso a Ecopetrol …)
Así que es tiempo de poner un poco de sal en la herida de los petroleros. Interesémonos en preguntas que se susurran.
Circula una leyenda urbana según la cual la recarga de un EV consume menos que un refrigerador.
Esta leyenda es cierta, aunque no sea el único aparato que consuma más en una casa.
Una lavadora, un horno eléctrico o una plancha consumen también mucho. La evocación del refrigerador es, sin embargo, más válida por ser un consumo sobre una larga duración.
Las electrificadoras empiezan a “comunicar”
Resulta que la recarga de un EV es la de su batería, y esta operación dura varias horas.
Es de notar que, como cualquier recarga de batería, es el inicio de la recarga lo que genera más consumo. Después de este pico, el consumo baja notablemente, por eso sale globalmente más bajo que un refrigerador.
Lean, por ejemplo, el siguiente artículo publicado por una electrificadora local (ENEL):
¿Cómo recargar un vehículo eléctrico?
Nota 1: las sumas son en pesos colombianos
Nota 2: la publicación de tales informaciones es una clara invitación, en conflicto directo con el lobby petrolero.

TMN ya evocaba exactamente este tema de la recarga en casa en 2019 (sí, antes de la pandemia):
Recarga de un vehículo eléctrico
Algunos detalles eléctricos para discutir
Que una electrificadora empiece abiertamente a posicionarse sobre el mercado es una de estas discretas señales.
Varios otros detalles interesantes se empiezan a discutir:
- Se prevé que recargas en estaciones públicas sean limitadas al 80% de una carga completa. Eso permitirá limitar el tiempo de ocupación de las estaciones sin castigar la autonomía del vehículo recargado.
- Dijimos abusivamente, en un artículo anterior, que en congestión vehicular no se gastaba nada. Si el vehículo está parado, es cierto (obviando elementos eléctricos como el radio).
Nuestra afirmación se equivoca sobre la parte “movimiento por cortos segmentos”: un motor eléctrico consume esencialmente en las aceleraciones. Resulta que pudimos comprobar que en una congestión se consume hasta 4 veces más que en un tramo en velocidad establecida.
Vendrán otros datos interesantes en el transcurso del presente año. Sí, 2023 promete ser educativo en materia de movilidad eléctrica.
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