Queridos lectores,

Septiembre y octubre son meses de mucha actividad y de tráfico urbano. La gente empieza a acordarse que el fin de año llega y que hay inversiones y contratos públicos que vencen al final de diciembre…

En este entorno, es muy difícil captar la atención.

¿Adónde vamos con eso? Es muy fácil dejarse llevar por urgencias que no lo son, por temas que parecen importante y no lo son tampoco. Nosotros, por ejemplo, nos hemos dejado llevar por la “urgencia” de tener tráfico, por estar creíbles con nuestros anunciantes, por escuchar consejos para “mejorar” nuestro sitio web.

Casi nos olvidamos del porqué de nuestra presencia y de lo que queremos hacer, lo cual obviamente no es acosarlos.

Por supuesto que nos interesa tener su atención, y que a veces nos entristece el poco de reacciones que tenemos a nuestros artículos. Un ejemplo típico es el del tema del correo en Colombia, tratado en dos artículos: ¿Existe todavía el correo convencional en Colombia?” y “4-72, la ley y la tecnología”, que trata de un tema importante y que todos parece tratar en modo “¿Qué le vamos hacer?” o, peor aún, “yo me las arreglo, los demás verán como hacen”.

La resignación es un veneno. Parte de la respuesta universal es “mirar adelante”, siempre, luego hacer algo, sobre cada tema que podemos mejorar (no hablaremos del egoísmo).

Es donde nos dimos cuenta de que algo estamos haciendo mal. Este “algo”, no lo sabemos claramente pero sí, recibimos señales. Cuando la gente empieza a hacer promesas que luego incumplen, es que empiezan a fastidiarse… O que tienen problemas serios que no piensan compartir con nosotros.

Como sea, no estamos percibidos como gente que pueden ayudar, ni mucho menos como amigos. Eso significa que debemos implicarnos más en conocerlos mejor, y que ustedes nos conozcan de manera más personal.

No significa que lo vamos a lograr, pero “¿Qué le vamos hacer?” no hace parte de nuestros modismos.