Grado de dificultad: 0 (o 3, depende de si están capaces de tomar la decisión correcta)
Columnista: Roberto
“Festivales” para gente adinerada
Me acuerdo de las imágenes, hace pocos años (en 2017), cuando la extraña noticia exploto en todos los media “mainstream” y de farándula. Nadie entendió de que se trataba inicialmente.
Un “festival” de música en islas caribeñas tornaba en desastre. Para los que no pertenecían a este mundo, era sobre todo una curiosidad. Luego la noticia se enfrió: lo principal era que nadie saliera lastimado (a parte del orgullo).
El fracaso de uno de esos eventos (que ocurre frecuentemente) no se sentiría de nuestro lado.
La salida de dos documentales, “Fyre Fraud” en Hulu y “Fyre” en Netflix, permiten regresar sobre este fracaso bien mediatizado.
Pocos sentían empatía con lo que se describía como uno de estos eventos reservados a gente adinerada. “Coachella Valley” y “Burning Man Festival” son festivales que solo se conocen desde afuera (demasiado lejos, demasiado exclusivos).
Hulu y los “Millennials”

De hecho, es la tesis que presenta el documental de Hulu. Al inicio de “Fyre Fraud”, se pueden escuchar dos frases “definitivas”:
- “He was the definitive car salesman”, a propósito de Billy McFarland, el organizador del jamás nacido “Fyre Festival”,
- “It’s a Rich People Problem” a propósito del ruidoso fracaso.
La presentación de Hulu enfoca la dinámica de esta estafa sobre la credulidad de los “Millennials”, una población superficial y que finamente se merecería lo que le pasa. Fácil.
Hay, sin embargo, un aspecto demasiado reductor en esta forma de presentar los hechos.
Los “Millennials” serían una generación de gente afortunada, obsesionada por su perfil en redes sociales, y definitivamente superficial y desconectada de la realidad.
Si existe una tal minoría, esta nunca fue específica de una generación en particular, y es una reducida minoría.
Debo admitir, además, que esta obsesión generalizada por los “Millennials” me perturba: veo a mi alrededor muchos que pertenecen a esta generación, y curiosamente ninguno de ellos corresponde a esta descripción, y sus papas tampoco los ven así.
Netflix y una realidad más asustadora

El “Fyre” de Netflix tiene un enfoque diferente, y este me puso los pelos de punta.
Cuando uno deja de acusar a los “Millennials”, la descripción se vuelve mucho menos confortable. Reconocí situaciones de las cuales fui testigo, y eso me devolvió muchos años atrás.
El recuerdo el más cercano que tengo fue este proyecto, en un país suramericano, donde llegue con la etiqueta de “experto radio”, para asesorar un “pequeño problema” que había que aclarar.
Mis eminentes colegas me presentaron orgullosamente una red de 4 estaciones radio para cubrir esta metrópolis. Mire con sorpresa, para luego decir (de manera muy poco diplomática) “caballeros, necesitan como 30 estaciones para cubrir una tal ciudad”.
Me acuerdo todavía del silencio que siguió mi declaración. Fue el inicio de un desastre industrial y comercial.
Presencie otros desastres similares al que acabo de citar, razón por la cual reconocí inmediatamente el contexto descrito en Netflix, y hasta la gente y su comportamiento.
Personas como Billy McFarland, encontré varias, porque son una especie bastante común. También reconocí personas como yo, que salen rápidamente del paisaje, porque, en estos entornos, “No” es una palabra prohibida.
Por la fortuna de los que supieron decir “No”, (y de mí, tiempos atrás), ellos salen también limpios de las investigaciones, al contrario de los “fieles soldados” y por supuesto de los responsables directos.
Una historia más universal de lo que parece
Es una decisión muy dura, la de decir “No”, lo vuelve a uno un traidor y un espía. TMN ya había abordado este tema en un artículo:
http://tecnologiamediaynerdos.com/international/the-push-and-former-asch-milgram-experiments/
En este artículo, se mostraba el mecanismo que vuelve personas normales cómplices de un crimen. Es el mismo mecanismo que sirvió en el caso del “Fyre Festival”, y en muchos otros casos de la vida real.
Lo peor es que tomar la decisión correcta no le trae satisfacción a uno: el mundo postmoderno recompensa la fuerza y la sumisión, no el valor del individuo.
Hay otro aspecto interesante, sobre todo en la presentación de Netflix.
La imagen donde se muestra Billy McFarland andando en sus oficinas en patineta eléctrica, me recordó esta imagen similar en un vídeo de la Startup automovil “Rivian”, de la cual TMN hablaba en un artículo anterior.
Sin decir que se trata de una asimilación, los puntos comunes saltan a la vista.
Será que Rivian y otras ruidosas Startups son iguales de huecas que Billy McFarland con su “Fyre Festival”, no lo puedo afirmar. Pero me inspira poca confianza.
Podríamos decir, como en el documental de Hulu, que “It’s a Rich People Problem”. Pero a menudo se trata de nuestra plata que se gasta en tales “proyectos” …
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