Grado de dificultad: 0 (el término “millenials” es una ilusión, y el título una burla)

Columnista: Roberto

¿Era mejor antes?

Cuando la gente envejece, aparece, en su lenguaje, expresiones como “adulto responsable” o “era mejor antes”.

Adulto responsable” es una declaración pretenciosa que siempre me provocó risas. Si el estado de “adulto” corresponde a una realidad fisiológica, el sentido de la otra palabra de la expresión es mucho más difuso.

Era mejor antes” es una expresión más aproximada aun: ¿Antes de qué? ¿Del diluvio? Sin embargo, aunque carezca de fundamento, esta segunda expresión es más entendible (es decir menos pretensiosa).

Es una reacción nostálgica, por reconocerse en los comportamientos de versiones mucho más jóvenes de lo que estábamos “tiempo atrás”.

Es también una mentira, la de pensar que éramos mejores. En realidad, la juventud se parece terriblemente a nosotros, y lo que sentimos son puros celos.

Soy de la generación llamada “baby boomers”, es decir “soy un cucho”. Se dijo y se dice de los de mi generación muchas cosas desagradables.

Estos juicios son productos marginales de reuniones alcohólicas, y no merecen más comentarios.

Lo que pasa con los “millennials” es más agresivo y persistente. Me tomó un tiempo para entender de donde viene este odio (injustificado).

Portada Time -Millennials

Spoiler: los millennials no tienen nada que ver, y se trata de una forma elaborada de discurso en neolengua.

Categorización seudocientifica

Leyendas urbanas

“Millennials” es una expresión de origen gringa (AKA estadounidense). Se refiere, más o menos oficialmente, a las personas que nacieron entre de 1981 y 1991, más o menos.

En la frase anterior, use “más o menos” en dos oportunidades, para resaltar hasta que punto esta descripción es aproximada, y en muchos aspectos.

Empezamos por nombrar los responsables de esta discriminación. William Strauss y Neil Howe. Los dos se inventaron la clasificación generacional X, Y, Z.

Me quedaría muy complicado explicar que características deben tener cada una de estas categorías (tuviéramos que fingir que creemos en las estupideces que se dicen de estas generaciones).

La discriminación no empezó con los millennials. Anteriormente, se habló de:

  • Lost Generation,
  • Greatest Generation,
  • Silent Generation,
  • Baby Boomers

Tampoco describiré de que se pretende hablar. Solo diré que son estereotipos en los cuales muy pocas personas se reconocerán, y que, de generación en generación, se transmite la actitud “era mejor antes”.

Cuando leí la entrada de Wikipedia en inglés sobre los millennials, creí haber estado en la dimensión desconocida:

https://en.wikipedia.org/wiki/Millennials

Primer comentario: ni la respetable Wikipedia se salvó de los prejuicios (en esta entrada por lo menos).

Seudociencia

William Strauss y Neil Howe son responsables de una teoría usada por los equipos de marketing, por los organismos financieros, y (ni tan) eventualmente por los gurús de grupos de extrema derecha.

La “teoría generacional Strauss-Howe” está llena de términos de neolengua, y se trata esencialmente de seudociencia.

Es, por supuesto, una condena personal, la cual justificaré por la ausencia de cálculos científicos (¿Criterios?): ninguna de las conclusiones de estos estudios está soportada por resultados de laboratorio ni curvas de Poisson o de Gauss (¿con cuáles criterios?).

Un planteamiento diferente

En este entorno ideológicamente contaminado, existen, sin embargo, elementos interesantes, pero que llevan a conclusiones diferentes y mucho más sencillas.

El rango de edad de los “millennials” corresponde a un cambio en la estructura de las economías occidentales: al inicio de los años 90, los financieros tomaron el control de las principales empresas y organizaciones.

El cambio será notable e instantáneo: la noción de rentabilidad máxima se volvió el parámetro central y, en particular, una monetización extrema de la educación en Estados Unidos.

Son justamente los Millennials los que probaron este nuevo paradigma, llenándose de deudas.

Lean, por ejemplo, este interesante artículo en el Washington Post (en inglés):

https://www.washingtonpost.com/outlook/five-myths/five-myths-about-student-debt/2019/05/24/3543bca4-7d81-11e9-a5b3-34f3edf1351e_story.html?utm_term=.c03c79b73801

Eso explica la “falta de confianza” de los millennials en los bancos: de manera mucho más sencilla de lo que pretenden demostrar Strauss y Howe, los millennials empiezan su vida laboral económicamente quebrados.

De la misma manera, se dice de ellos que se quedan con sus padres mucho más tiempo, y que no quieren hijos. Adivinan por qué…

Finalmente los están culpando por su “falta de compromiso con las empresas”. En realidad, y de manera mucho más sencilla, trabajan para pagar sus deudas mucho más que por interés.

Además, fueron sobre todo las empresas las que evolucionaron hacia una marginalización de esta población. No hay ninguna razón para que un millennial tenga ganas de permanecer en ellas.

Los verdaderos Millennials

Lo anterior describe una táctica clásica: los culpables apuntan el dedo hacia una población frágil que servirá de chivo expiatorio.

Afortunadamente, la realidad es más cálida. Si los jóvenes se quedan con los padres, es porque se llevan bien con ellos (era menos ciertos entre los Baby Boomers).

Esta generación es más franca y directa que las generaciones anteriores: se dice de ellos que son la “generación celular”, pero si miran bien, no son ellos los que se la pasan la nariz sobre su teléfono.

Y cuando lo hacen, es un mal síntoma: una reprobación de las personas con las cuales están en el momento.

El aspecto “teléfono celular” tiene, sin embargo, su lado negativo: están acostumbrados a “leer” en su teléfono, y a preferir textos cortos. Cuidado: ¡eso, no es leer!

TMN nació como un sitio donde los artículos son relativamente largos (no son novelas). Entre nuestros objetivos está el deseo de acostumbrar a nuestros lectores a leer.

Con nosotros, puede haber nerdos y dummies, pero no existen fronteras entre Baby Boomers, X, Y o Z.

En artículos futuros, hablaremos más de los millennials, que sean Y o Z (letras que dejaremos de usar fuera de demostraciones matemáticas).