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Columnista: Roberto

Calentamiento global

El “Gulf Stream” es una corriente que pasa en el océano Atlántico, del suroeste hacia el noroeste rozando la costa oriental de Estados Unidos, luego la costa occidental europea, pasando al norte de las islas británicas.

Se enfría progresivamente durante este paseo para llegar al norte de Suecia y terminar al círculo polar árctico.

O más exactamente “pasaba”: en el transcurso de los últimos diez años, con la subida de las temperaturas en el extremo norte (la que, en particular, hace descongelar el permafrost de Siberia y derretir el hielo del polo norte), esta corriente se desplazó hacia el norte. Su efecto de regulador climático desapareció.

En Europa, de este fenómeno solo se percibió una subida general de las temperaturas, antes reguladas por esta corriente, y ahora por una reducción de los vientos fríos del norte.

Del lado americano, siendo una costa oriental, el efecto es mucho más brutal:

  • Aumento de la frecuencia de huracanes (el Gulf Stream ya no provee una barrera natural contra ellos),
  • Las temperaturas frías del invierno son más perceptibles, aunque de duración más corta.

En resumen, el país que más duda del cambio climático es él que más impacto sufrirá.

Una serie evento: ¿última oportunidad?

Es en este contexto que se inscribe la nueva serie “Our Planet” de Sir David Attenborough, visible en este momento en Netflix.

Es una serie de la cual se habla mucho, y con mucha razón, aquí, por ejemplo:

https://www.washingtonpost.com/climate-environment/2019/04/11/natural-world-is-under-attack-heres-why-david-attenborough-is-still-hopeful/?noredirect=on&utm_term=.7ff866edc9cf

Las imágenes son hermosas, y la principal pregunta que nos hicimos fue de cual presupuesto dispusieron los que las tomaron.

Mandar gente a esperar, en antártica, que un pedazo de la banquisa se desprenda, o en el Sahara que una tormenta de arena se levante, con drones equipados de cámaras de alta definición, da un resultado impresionante, pero vale una fortuna.

Encontrar un grupo entero de delfines casando anguilas, filmar con teleobjetivos perros salvajes casando ñus, o seguir con drones un grupo de lobos persiguiendo caribús requiere además una destreza a manejar drones que se encuentra con dificultad.

Hasta imágenes satelitales fueron tomadas y utilizadas.

El único efecto especial visible en todas estas imágenes es la paciencia. El amor de la naturaleza es palpable, y el resultado casi perfecto.

Gracias a Sir David Attenborough por ofrecernos este magnifico viaje alrededor de una tierra que se volvió frágil.

David Attenborough presentando su obra The Great Barrier Reef

Eso, sin embargo, nos genera una inquietud: ¿qué tal que esta serie fuera hecha para que nos acordemos de algo que desaparecerá para siempre?

Para mirar y admirar sin restricción, “Our Planet”, de Sir David Attenborough, en Netflix, es una recomendación de TMN.