Grado de dificultad: 2 (Favor volver a leer nuestros artículos anteriores)
Columnista: Roberto
Artículos en el Espectador y El Tiempo
El viernes 15 de febrero de 2019, se pudo leer un artículo interesante en El Espectador sobre la “Directiva Europea sobre el copyright”. Al mismo tiempo, El Tiempo publica otro artículo sobre el mismo tema.
Es un tema que ya hemos discutido en varias oportunidades en nuestras columnas.
En los artículos de los periódicos “mainstream”, se nota muchas imprecisiones peligrosas, que no podemos dejar pasar sin hacer aclaraciones.
A los que llegan a nuestro querido blog, les recomendamos los siguientes artículos nuestros:
- “¿Una tasa sobre los hipervínculos?” es el más antiguo, luego…
- “Directiva europea sobre el copyright”, un artículo largo en tres partes que detalla lo que sabía oficialmente hace pocos meses (final de diciembre de 2018).
Nuestro primer comentario es que la aparición de tales artículos en El Espectador / El Tiempo confirma una impresión nuestra de que Colombia suele alinearse sobre lo que decide la Unión Europea en términos de leyes, de reglas y de normas, y que hicimos bien en interesarnos temprano a este tema.
El diablo está en los detalles
Falta de información
Como siempre, la falta de información es muy notable: nuestro artículo “Directiva europea sobre el copyright” hablaba sobre la directiva en sí, no en informaciones indirectas: los comentarios de los políticos entrevistados son engañosos y no es por casualidad.
Consideramos la inatención de nuestros “casi colegas” como peligrosa, sobre todo cuando se trata de periodismo, si los periodistas no se toman la molestia de analizar en detalles algo que les impactara directamente individualmente.
Lo que realmente está escrito
El título del “Espectador” es muy agresivo: “Google y Facebook deberán pagar a los diarios por sus contenidos”: Parlamento Europeo”. Pero la directiva europea nunca dice eso: hablá de “service providers storing and giving access to large amounts of works and other subject-matter uploaded by their users”.
Si piensan que hablan solo de los GAFAM, pregúntanse que significa “large amounts of Works”, y a partir de qué se vuelve “large”. La directiva no lo dice.
En el artículo del Espectador, el extracto siguiente parece dar una precisión adicional sobre este tema (no sabemos dónde la obtuvieron): “De esta obligación, quedarían exentas las pequeñas empresas o ‘start-up’ que reúnan tres criterios: menos de tres años de existencia; menos de 10 millones de euros de volumen de negocio; menos de cinco millones de visitantes únicos cada mes”.
Esta mención es representativa del engaño: si miran las cifras de “10 millones de euros” y de “menos de cinco millones de visitantes únicos cada mes”, olvidando que son tres condiciones. La tercera condición es que tengan “menos de tres años de existencia”.
En claro, si su organización tiene más de tres años, su tamaño no importa más…
Neolengua y engaños
En la mención anterior, parecen asimilar “pequeñas empresas” y “start-up” que son dos nociones bien distintas (ver nuestro artículo “Qu’est-ce au juste qu’une startup” o su traducción en “Qué es exactamente una startup” (y visitan nuestro “léxico TMN de neolengua”).
Parece que unos políticos estén engañando (algunos dirán “pleonasmo”) al público, desviando la atención hacia los GAFAM, mientras que el peligro está en otra parte. El artículo 12, por ejemplo, que apenas se expresa en 4 líneas es un mensaje muy claro a todos los artistas y periodistas.
De hecho, la misma directiva europea hace la diferencia entre los autores y artistas, y los que llaman “shareholders” o “detentores o titulares de derechos” AKA los “lobbies” y las casas de edición.
Algunos políticos borran está sutil diferencia:
El tweet del presidente de la cámara europea, “The agreement just reached on the #copyright directive protects European creativity. Musicians, actors, writers, journalists, audiovisual, will be entitled to fair remuneration from web giants too”, es uno de estos engaños: la directiva intenta efectivamente proponer herramientas para eso, pero no lo logra, y Antonio Tajani (el presidente) lo sabe mejor que nadie, como también sabe quién remunera (tal vez).
Al contrario, parece que se entregó a las organizaciones con poder una nueva herramienta para hacer “Patent trolling” con los pequeños (“de más de tres años”). Para la muestra, un botón:
Que arriesgan los GAFAM
Se supone que “obligaran” organizaciones como Google o Facebook a pagar por contenidos que ellos no facturan a sus clientes. Sí, como no.
Los colombianos ya saben adonde lleva una tal soberbia: el caso de Caracol/RCN contra los operadores de televisión por cable y por satélite se terminó en “acuerdos muy confidenciales” donde milagrosamente los dos reaparecieron en los paquetes. ¿Los términos de estos acuerdos? Mejor ni preguntar.
En el texto del famoso artículo 13, está la siguiente frase: “measures, such as the use of effective content recognition technologies, shall be appropriate and proportionate”.
Cuando la leimos, nos hizo mucha gracia, porque no dicen cual varilla mágica piensan usar para filtrar los contenidos. Los nerdos (no únicamente lo de TMN) no conocen tal artefacto.
Examinando de nuevo los artículos del Tiempo y del Espectador, les recomendamos leer (o volver a leer) nuestros artículos en TMN:
El diablo está en los detalles…
Leave A Comment