“Introducing” Jonathan, nuevo columnista
Grado de dificultad: 0 (físicamente más)
¿Deporte o PS4?
Soy ingeniero electrónico, desde muy chico me llamaron la atención los deportes, la competencia, y la acción lejos de un escritorio.
Es un panorama muy lejano al que se vive desde la Universidad. Tantos laboratorios, trabajos y lecturas me intentaban alejar de practicar mis pasiones frustradas; cuando inicie el mundo laboral, era aún más difícil.
Cada día me parecía más a la típica imagen del nerd treintañero, con poco pelo y barrigón, cuya única emoción es el manejar el control de la PS3 (o 4), manejando a Messi o a Cristiano.
Hice varios intentos de salir a hacer ejercicio en la mañana, intentos de 1, 5 o 10 días máximo de devota disciplina.
Pero llego algo que cambio mi vida, un perro. Tenía que buscar que hacer con él, porque me estaba volviendo loco, él tenía que quemar energía. Encontramos en el running, la mejor manera de que él quemara energía y que yo me alejara de la caricatura del calvo barrigón que se sentaba en el sillón.
Pero esta historia no hace parte de este post, solo quería contar como llegue al running, y el porqué de esta publicación.
Las Apps de monitoreo físico
En el mundo de los Smartphone y de las App, hasta para contar cuantas veces vas al baño, el running no podía perderse de este movimiento.
Encuentras una cantidad de aplicaciones running bastante nutrida que hasta planes de entrenamiento te dan. Así inicié en este mundo, con mi celular, unos audífonos y unos buenos tenis, poco a poco me fui adentrando y una aplicación de una marca me llevo a entrenar en un club de runners, con mucha más gente, con las mismas ganas y miedos.
Eso conlleva a conocer más, y a querer más, ya no corres solo por bajar barriga, ahora compites en carreras, primero de 6 Km, luego de 10, ahora vamos por 21. Después, estás buscando viajes para correr una maratón en algún lugar del mundo. Empiezas a seguir “influencers” en instagram, publicas tus entrenamientos y buscar mejorar y avanzar.
Y de un momento a otro estas como Iván Drago, usando la tecnología, para medir hasta las calorías que has quemado. Ya el Smartphone no es suficiente, quieres precisión y exactitud, ya no puedes mostrar que llevas meses en el mismo paso, te retas e inconscientemente (alguno muy consciente) retas a otros.
Ejercicio y consciencia
En septiembre, se celebró la Maratón de las Flores en Medellín, no participe, pero muchos amigos llegaron allá, rompieron su listón y se trajeron esa medalla, callos y ampollas en sus pies de vuelta a Bogotá. Pero una imagen me impacto: unos metros después de la meta, dos atletas sostienen a un joven que, con su último aliento, detiene el reloj que lleva en su muñeca.
A minutos de la escena, un resultado fatal, el joven que se desmaya muere a causa de un fallo cardiorrespiratorio. Esto llevo a muchos a cuestionarnos por el entrenamiento: la falta o exceso. Pero a mí me cuestiono la tecnología. ¿Por qué, si llegó a parar el reloj, no se percató que el reloj le avisaba que algo andaba mal?
Dependemos de la tecnología, pero no confiamos del todo en ella, y esto me llevó a cuestionarme acerca de que es lo que esperamos de ella.
¿Realmente para que la usamos, si confiamos en ella o simplemente se ha convertido en accesorios de moda? ¿Que buscamos para satisfacer nuestro ego al retar al otro?
Entramos en lo que las películas futuristas mostraban: la guerra entre las máquinas y los humanos, es real. Huimos del control de la tecnología, queremos mostrarle que estamos por encima de ella, y no la escuchamos cuando nos advierte de algo.
Pero, eso sí, la culpamos de malas decisiones, como cuando WAZE nos manda por un sitio extraño y nos hace perder.
EL objetivo de este post, era otro, quería mostrar las bondades de la tecnología al alcance de algo tan de la mano como un hobby, y tal vez, si el editor lo permite, lo haré.
Haré comparaciones técnicas entre los relojes y un Smartphone, y como estas ayudas, si se usan correctamente, son un apoyo.
Esa escena de alguien que, minutos antes de fallecer para su reloj, me cambio el rumbo. Hice un alto y, ojalá alguien lo haga por medio de esta lectura.
Nota del “editor” (presumo que ese debo ser yo…). Empezar con una idea y darse cuenta, sobre la marcha, que hay algo más que decir, es la marca de TMN. Jonathan no es la excepción. Lo encontraremos en futuros posts, seguramente.
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