Grado de dificultad: 1 (Debería ser “0”, lástima que haya tanto fariseísmo)

Columnista: Redacción

El lado visible de la luna

El 7 de febrero, en Bogotá, es un “día sin carro”.

Muchos de nuestros lectores no son bogotanos, así que les vamos a explicar de qué se trata.

Colombia es un país que se dice orgullosamente ecologista. Y efectivamente la gente aquí tiene, por lo general, un gran afecto por la naturaleza.

Bogotá, desde hace décadas, promueve los desplazamientos en bicicletas (tiene toda una red de “ciclorrutas”).

Cada domingo, desde la madrugada hasta las dos de la tarde, la institución de las “ciclovías” se volvió costumbre: buena parte de la red vial (hasta arterias importantes) están cerradas y reservadas al tránsito peatonal, de  bicicletas, patines, patinetas, etc. Hay sesiones de aeróbicos/zumba en las avenidas.

Es hasta problemático para la gente que deben salir en carro un domingo.

Adicionalmente, varias veces al año, organizan “ciclovías nocturnas”; la más celebre es la que se organiza en época navideña.

Finalmente está la operación “día sin carro”, también varias veces al año, con una cobertura mediática un tanto excesiva. La idea es aprovechar la oportunidad para medir el efecto de esta operación sobre el nivel de polución.

Muy chévere todo eso.

¿No les parecemos muy convencidos? No es así, es solo que nos gustaría que la operación sea menos farisea.

Si uno sale a la calle un día sin carro, nota que, efectivamente, no hay carros particulares circulando (a menos que tenga un aviso de persona con discapacidades).

Señal discapacidad

Uno encuentra carros eléctricos, tema que hemos insinuado en varias oportunidades en TMN:

http://tecnologiamediaynerdos.com/news/transmilenio-y-la-norma-euro/

http://tecnologiamediaynerdos.com/news/renault-y-la-geometria-electrica-variable/

http://tecnologiamediaynerdos.com/hardware/carros-electricos-y-estetica/

Nota: son tan escasos que ver uno sigue siendo una demostración de poder económico y social.

El “lado oscuro de la fuerza”

Con esta nota, acabamos de revelar una primera razón de lo que no va bien en esta nueva tradición.

Uno podrá también ver camionetas de lujo que, seguramente, deben tener un derecho que “la gente que no es nada” no tiene.

¿Qué otros vehículos se encuentran circulando un tal día?

Las motocicletas: No estamos hablando de maquinas de alto cilindraje, que son equipadas de exostos de alto poder filtrante.

Aquí, las que llaman motocicletas son máquinas de un cilindraje de entre 100 y 300 cm3, de origen asiático y de bajo presupuesto, altamente contaminantes.

Eso es sin contar con que los que las manejan no tienen idea de lo que es manejar una motocicleta:

  • usan el casco para proteger el codo,
  • o lo tienen de sombrero (¿para qué amararlo?),
  • tienen la visera levantada (para mejor recibir las piedras que las llantas envían disparadas – ver la foto encabezando el artículo),
  • Andan con pasajero o pasajera sobre máquinas que no tienen ni frenos ni torque,
  • Eventualmente son vehículos familiares (el pequeño delante del papa, además de la pasajera),
  • Son muy afanados porque son entregadores de pizzas y otros pedidos (#código_de_transito).

Luego están los taxis, que son generalmente estos carros muy pequeños (los llaman “zapatos”), vehículos peligrosos y mal motorizados (altamente contaminantes). ¿La razón? El valor del cupo para poder operar es él de un carro de alta gama; no queda sino para un tal zapato.

Los camiones son casi todos Diesel, de generación antigua y con una calidad de combustible altamente contaminante. Ellos, sí, tienen el derecho de andar.

Se nos olvidaba los buses de colegios y de transporte público, iguales de contaminantes que los camiones, sino más.

Finalmente está el Transmilenio, este sistema de transporte masivo típicamente bogotano, que los mismos cachacos llaman “transmilleno” en referencia a su desastrosa planeación.

Acaban de anunciar que se van a comprar nuevos buses (AKA no están todavía) que tendrán un grado de polución inferior (al actual, pero por muy por encima de los criterios internacionales vigentes).

¿Quién respeta el medio ambiente?

Esa es la buena pregunta: se prohíbe el acceso a la calle a los vehículos que no son los que más polución generan, intrínsicamente.

Claro que generan polución, sobre todo por su número que es el responsable de mucha congestión (en una red vial que tiene del orden de 50 años de retraso – #huecos).

Ni nos buses, ni los camiones, ni las motocicletas pequeñas necesitan esta disculpa para generar polución, en más alto grado.

Que los bogotanos tengan respeto para el medio ambiente, no lo dudamos. Al contrario, no estaríamos tan seguros de la sinceridad de sus responsables políticos, administradores y tomadores de decisiones

Un último vínculo hacia un artículo en “El Espectador” sobre el tema del uso de las bicicletas:

https://www.elespectador.com/noticias/bogota/cuatro-de-cada-100-accidentes-viales-en-bogota-comprometen-ciclistas-articulo-795731