Grado de dificultad: 1 (La esencia de nuestro trabajo es un tema importante para todos)
Columnista: Roberto
En el periódico digital colombiano “Impacto TIC”, se publico recientemente un artículo sobre la situación del periodismo en este fin de segunda década del siglo XXI.
Su título: Tecnología: ¿verdugo del periodismo o la aliada para reinventarlo?
El tema es apasionante, como lo es el testimonio del bloguero.
Lo tomé como un llamado a atestiguar, siendo mi punto de entrada a este nuevo mundo bastante diferente de la experiencia del periodismo clásica.
Recuerdo de un tiempo de cambios
El fin del “copiar – pegar”
Empezare por un recuerdo personal.
En 1989, ingeniero en un laboratorio de multinacional de telecomunicaciones, estaba terminando un informe de estudio.
En aquella época, todavía estos informes estaban redactados a la mano, y las gráficas y otros dibujos estaban literalmente cortados y pegados (tijeras y pegante) en el texto.
Luego, uno debía pedir con mucha diplomacia a las secretarias que nos hagan el favor de colaborarnos con la edición en máquina de escribir y esténcil.
Sin embargo, ya se avecinaba una nueva era: muchos de nosotros, nerdos aficionados de nuevas tecnologías, tenían su propio computador personal.
El mío era un Atari ST 1040.

La era de los PCs no había iniciado, aunque ya existían, sobre todo en ambiente corporativo.
En 1989, descubrí que el software de tratamiento de texto que usaba en casa, 1st Word, existía sobre los PCs de la corporación.
Una emulación sobre PC de la interface “GEM” de Atari me permitía trabajar con los mismos archivos que creaba en mi entorno personal.

Apenas me entere de esta posibilidad, que interrumpí la entrega del informe sobre el cual trabajaba, y lo volví a redactar enteramente en formato 1st Word, aprovechando las nuevas posibilidades de inserción de imágenes en mis archivos.

Disrupción tecnológica y laboral
Fue un momento disruptivo en mi carrera.
No lo fue solo para mí: en menos de dos años, el trabajo de redacción dejo de ser realizado por secretarias, reemplazadas por computadores.
Esta disrupción marco la extinción de la profesión de secretaria dactilógrafa.
Luego, llegaron los correos electrónicos, aparecieron los computadores sobre nuestros escritorios, y nuestros diseños se virtualizaron.
En este cambio, perdimos el contacto con el mundo exterior que representaban las secretarias.
Por supuesto, la descripción de este recuerdo no es casual. Vivimos, en esta última década, una disrupción de misma importancia: la digitalización y virtualización del periodismo.
Lo diré de manera cruda: si los periódicos en formato “papel” no han desaparecido, es únicamente porque generaciones antiguas de lectores no han desaparecido todavía.
Es el problema con el cual los periódicos tradicionales deben lidiar, y probablemente el que más les perjudica.
El nuevo periodismo
Una disrupción que dejo el periodismo tradicional atrás
Reconozco que la palabra “periodismo” no describe lo que soy (ni yo, ni los demás integrantes de TMN). La usaré, sin embargo, para aliviar las descripciones a continuación.
Representamos un caso nuevo, consecuencia de la virtualización del periodismo.
Esta forma de comunicación se volvió muy tecnológica. Desaparecieron las rotativas y todas las operaciones que llevan a la fabricación de un periódico.
Todo se redujo a un computador, un redactor, y, luego, algunas livianas operaciones que se pueden ejecutar con muy pocas personas.
Este nuevo redactor necesita conocimientos tecnológicos al igual que un talento de escritura.
Era solo lógico que gente de perfil “nerdo”, más cómoda con el manejo tecnológico y con ciertas habilidades para escribir, pasara una frontera vuelta virtual.
Hay una razón adicional: la información de hoy tiene casi siempre un lado tecnológico. Por otra parte, toda nuestra cultura general está impregnada de tecnología (plataformas de streaming, redes sociales, entre los más evidentes).
Las nuevas habilidades periodísticas
El nuevo perfil de competencia incluye, además de una buena habilidad con un teclado, una cercanía casi directa con el contenido definitivo.
El periodista sube su propio contenido a su sitio web, toma sus propias fotos y realiza sus propias ilustraciones.
Es una situación muy similar a la que viví al final de los años 80, que significó la desaparición de muchos empleos (pero no todos).
No es ni bien ni mal en sí, sino una consecuencia (que representa, efectivamente, un problema social y laboral grave). Es una disrupción.
Nota: para nosotros, nerdos, es una maravillosa oportunidad de salir de nuestro aislamiento, así que, para nosotros, sí es una evolución positiva.
Sin embargo, pienso que esta nueva población evolucionará: más distribuida y menos jerarquizada que las organizaciones anteriores, se estructurará de manera diferente.
Considero, por ejemplo, que las herramientas de las cuales disponemos son todavía muy rudimentarias, como nuestro conocimiento del tema.
¿Cómo evolucionara todo eso? Muy difícil de saber. La presente discusión, si se amplía, podría ser muy útil al respecto.
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