Grado de dificultad: 1 (y hasta 2, porque hay temas culturales)
Columnista: Roberto
La serie vale un Binje-watching
Acabo de mirar, en modo “Binje-watching”, los ocho episodios de la serie Hanna, que acaba de aparecer en Amazon video.
Más que su contenido, es su poder evocador que capto mi atención, en muchos aspectos.
Por todas estas razones, no soy capaz de decir a ciencia cierta si es buena o regular. Son demasiados recuerdos y referencias culturales que me impidieron verla con una mente imparcial.
Nota: sin embargo, fue un “Binje-watching”. Si hubiera sido mala…
Así que describiré esta mezcla de recuerdos y de sentimientos que, tal vez, entenderán y compartirán.
La película de 2011
Internacional y multicultural
La serie de Amazon video es la readaptación de una película de 2011, con Sarsoire Ronan, Eric Bana y Cate Blanchett.
Esta primera descripción ya trae su carga cultural. Sarsoire Ronan es irlandesa, mientras que Eric Bana y Cate Blanchett son australianos. La película es germana-inglesa, y nos hace viajar a Finlandia, Marrueco, España, Francia, Inglaterra y Alemania.
Me acuerdo de la diversidad cultural que describía la película, y sobre todo del contraste entre, de un lado, todos estos países, descritos como perfectamente apacibles (lo son), y del otro un mundo oculto de espías que siembran el miedo y la muerte.
El mensaje no estaba ni siquiera escondido, y es el mismo que se reproduce de manera similar en la serie (lógico, el que escribió el guion de la serie participo a la película).
Circe, la hechizera
Pero no es la única referencia. “Sarsoire” es un nombre irlandés que se pronuncia “Cercei”.
¿Lo reconocieron? Es el mismo nombre que el de Cercei Lannister, este personaje de “A Song of Ice and Fire”, serie de novelas de George R. R. Martin, más conocido por su nombre de serie televisiva “Games of Thrones”.

Y se trata del mismo nombre del personaje mitológico de la hechicera Circe en la Odisea de Homero, hace 2800 años.
“Road Movie”
La película de 2011 es mucho más “bohema” que la serie, la cual, en compensación es más internacional aún.
En ambos casos, viajan mucho y cruzan muchas fronteras. En la vida real, la gente no viaja tanto entre los países europeo, o, al menos, no en espacios de tiempo tan cortos.
Eso es otra referencia cultural que me sorprendió cuando vi la película, y que también está idealizada en la serie. Es visiblemente una historia hecha para los americanos, que tienen esta imagen de los europeos.
Es una imagen que se encuentra en muchas películas de espías, como es el caso de la serie de películas sobre Jason Bourne.

En comparación, los europeos viajan menos que los americanos, en distancia. La razón es que, al contrario de Estados Unidos, se recorre un máximo de 1000 kilómetros para atravesar un país, para luego cambiar de idioma (algo que no pasa en Suramérica tampoco).
Europeos que hablan varios idiomas, los hay, pero no más que en cualquier otra parte del mundo.
La serie es más internacional
Idiomas múltiples
En la serie, se escucha hablar inglés (por supuesto), francés, alemán, árabe (un poco, en Marrueco), y rumano (que es un idioma latino, ¿lo sabían?)
A mí, personalmente, me permitió acordarme de algunas palabras en alemán que aprendí (o más exactamente debería haber mejor aprendido) al colegio.
Romania
Justamente, hablando de Romania, la película empezaba en Finlandia, mientras que en la serie, esta parte de la intriga se ubica en Rumania.

Los aficionados de literatura fantástica se acordaran de Vlad Dracula, este personaje histórico de la Historia Rumana, que inspiro la novela “Dracula” de Abraham Stoker.

Nota: el estilo de escritura de Bram Stoker, sin embargo, no alcanza la brillante sutilez de Mary Shelley, de la cual habló un artículo de TMN.
No es la única cosa a recordar de Rumania: este país es fronterizo con Ucrania al norte. Y Ucrania es el país de nuestros amigos metaleros de Jinjer, de los cuales TMN también habló.
Un elenco multicultural
Esme Creed Miles, que retoma el personaje de Hanna (Sarsoire Ronan en la película), es inglesa.
Joel Kinnaman, que retoma el papel de Erik Heller (Eric Bana en la película) es sueco (y americano también), lo cual explica (parcialmente) porque habla tan bien alemán: los nórdicos, por cultura y por geografía, hablan frecuentemente varios idiomas, entre los cuales el alemán.
Nota personal: con una tal lógica, los franceses (soy ciudadano francés) deberían hablar un poco de español, de italiano, de alemán y de inglés. No es así para nada. Sí, tengo un poco de vergüenza…
Joel Kinnaman es un actor acostumbrado a los papeles de “tough guy” por sus rasgos duros (lógica hollywoodiense).
Al contrario, Mireille Enos, brillante actriz americana que retoma el papel de Marissa Wiegler (Cate Blanchett en la película) no tiene rasgos duros, y tiene la ardua responsabilidad de dar más complejidad a un personaje cruel y frio en la película (y lo logra).
Mireille Enos es otro ejemplo multicultural: de papa americano y mamá francesa. Curiosamente, en la serie, tiene un acento gringo cuando habla en francés.
Demasiada complejidad para un público americano
La familia inglesa de Sophie, la amiga de Hanna, así como otros personajes ingleses, está intencionalmente descrita de manera multicultural (lo cual es absolutamente cierto en la Inglaterra actual), pero es una realidad que perturbara mucho a los americanos, acostumbrados a elencos más blanqueados.
Es lo que parecen reflejar las criticas sobre la serie, mitigadas, con la excepción notable de IMDb que alcanza un 7.8/10. Nunca los críticos lo reconocen, pero claramente prefieren la acción bruta tipicamente gringa a la descripción matizada de una historia internacional.
En este sentido, parece que tampoco entendieron la película de 2011, con el mismo mensaje, pero que, desafortunadamente, era más sangrante y cruel, algo que siempre gusta…
IMDb refleja la opinión de la gente normal, y en eso es refrescante de ver que esta gente acepta mejor un ambiente internacional que los “profesionales” que pretenden imponer su visión.
Eso me acuerda esta película europea de los años 80: “Las Alas del Deseo” (titulo alemán original “Der Himmel über Berlin”) del cineasta Wim Wenders, cuya ambición era mostrar una Europa que hablaba muchos idiomas con una misma cultura.
No tuvo mucho éxito en esta época, aunque celebrada por la crítica, por ser difícil de entender. Parece que las mentalidades evolucionaron y es una muy buena noticia.
Si de eso se trata (y me parece que así es) le pondré un 9/10, por el valor que representa tomar este riesgo. Además, uno se reconoce en los personajes, y eso es la marca de un logro.
Último elemento cultural nerdo
El personaje de Hanna se parece mucho a otro: los aficionados se acordaran, tal vez, de “452” alias Max Guevara, la heroína de “Dark Angel”.

Los eventos al final de la temporada de Hanna dejan pensar que tomara un curso similar (esperando que haya otra temporada).
Hay otra niña, también numerada, “11”, que regresara en julio sobre la plataforma competidora Netflix … “11” es definitivamente un miembro de la misma familia (si se lo perdieron, estoy hablando de Stranger Things).

Por cierto, en Stranger Things, hay ahora un personaje que se llama Maxine, “Max”. ¡Afirmo que se trata de una referencia a “Dark Angel”! A menos que sea solo casualidad (sería triste).
¡Sí, ven, que tan fácilmente me disperso! Con una mente tan desordenada y demasiada internacional, no se puede juzgar.
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