Grado de dificultad: 2 (nuestro descuido en las redes sociales tiene consecuencias).
Columnista: Roberto
Un artículo publicado en “El Tiempo” del 10 de agosto de 2020 nos inspira el presente editorial. Su título:
¿Qué hay detrás de rastreo en redes que alista la Policía?
Aunque la noticia sea local, sus implicaciones son universales: detrás de todo está nuestro uso de las redes sociales.
La Policía Colombiana se “moderniza”
Un artículo en El Tiempo
“El Tiempo” es un periódico colombiano que se enorgullece de su neutralidad (a nosotros, nerdos de TNM, nos gustaría que este sea menos insípido).
Sin embargo, este artículo nos llamó la atención, en el buen sentido.
Evoca un tema que sus redactores admiten (implícitamente) no entender bien. Ofrecen, por eso, una presentación “factual”, para iniciar la discusión.
Habla de la llegada, al arsenal “TIC” de la Policía Nacional Colombiana, de una sigilosa “mejora” tecnológica.
Nota: aclaramos, de antemano, que no estamos dudando de la buena fe de esta institución.
El punto de partida es un tweet:
Según las descripciones técnicas de la contratación el sistema debe permitir el monitoreo de redes sociales como Facebook, Telegram, Twitter, Instagram y perfilar las cuentas más influenciadoras o con mayor interacción. Asimismo debe permitir su localización o ubicación. Sigue👇 pic.twitter.com/958fRXUEka
— Juan Poe (@JuanPoe) August 9, 2020
Recolección de datos en las redes sociales
Tweet y artículo traen informaciones asustadoras.
El tipo de sistema descrito es algo que se está multiplicando en entidades mal preparadas para asumirlo.
Es, básicamente, la misma cosa que provocó el escándalo de Cambridge Analytica.
AKA Es la recolección de datos publicados en las redes sociales para establecer perfiles de ciudadanos (y manipularlos).
Presentado así, es mucho menos “sexy”.
Muy probablemente, la Policía Colombiana no lo hace con esta intención; solo está siguiendo recomendaciones de poderosas entidades policíacas extranjeras.
Si otros policías lo hacen, debe estar bien ¿No?
Esta deriva es igual de peligrosa para cualquier servicio de policía. Es trivializar una técnica peligrosa e imprecisa, que debería solo usarse en casos excepcionales y dramáticos.
Artificial y poco inteligente
Técnica peligrosa e imprecisa
Revisamos lo que dicen los representantes de la Policía (colombiana) al respecto (fuente: el artículo del Tiempo).
Citación 1:
“dentro de la información pública colectada”.
Es una manera hábil de presentarlo: la “información pública colectada” es la que subimos en las redes sociales.
¿Consideran ustedes aceptable (y confiable) que la información que comparten en redes sociales sea utilizada de esta manera? Nota: Por definición, si tienen cuentas en redes sociales, ustedes ya dieron su conformidad…
Citación 2:
“Atender los riesgos y las nuevas dinámicas criminales que trajo consigo el avance tecnológico como actividades delictivas de diversa índole, desde comportamientos de acoso escolar y extorsión hasta reclutamiento criminal”.
Esta frase, que suena razonable, contiene una debilidad: la identificación de un “criminal” o “delincuente”.
Ejemplo: este año, en EE. UU., una mujer inocente fue asesinada en su cama por un error de análisis de este tipo.
Wikipedia: Muerte de Breonna Taylor
Citación 3:
“El proceso de contratación es público y las condiciones técnicas del proyecto no están orientadas a violentar la intimidad y datos personales de las personas, toda la información recolectada será pública”.
Desafortunadamente, otra citación, más adelante en el mismo artículo, indica que “el uso de este sistema será exclusivo de la Dirección de Inteligencia”.
“Dirección de Inteligencia” e “Información pública” son conceptos difícilmente compatibles … A menos que se refieran a la información pública evocada en la Citación 1.
El factor humano
Lo anterior resalta la dificultad de todo trabajo de investigación.
El nuevo sistema de la Policía Colombiana tendrá el mismo nivel de confiabilidad que en todos los lugares donde se usó:
Depende enteramente de quiénes manejaran los datos. Un consejo para ellos/ellas: no se confíen mucho en las “inteligencias artificiales”.
En cuanto a nosotros, una revisión de lo que compartimos en las redes sociales nos vendría bien, preguntándonos qué entendería una máquina … O un analista obtuso.
Hay con qué asustarnos. Miren, por ejemplo, lo que le pasó a un joven irlandés en 2012:
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