Grado de dificultad: 2 (Es más difícil prestar atención a cosas que no se ven).
Columnista: Roberto
“Non-Dit” es como “Status Quo”
“Non-dit” (“No dicho” en español) es una expresión francesa que describe la acción de, intencionalmente, no hablar de algo extremamente dañino.
Es la expresión que nos vino inmediatamente a la mente, mirando el documental de Netflix: “Jeffrey Epstein: Filthy Rich”.
Video original de Netflix
Este documental viene sumarse a otros que TMN publicó sobre temas similares (aunque el presente caso sea más extremo, implicando la actual elite social).
Nuestros artículos anteriores fueron:
- “The Push” and former Asch/Milgram experiments, que visitaba las técnicas de manipulación psicológica, que adora la elite postmoderna,
- Fyre Festival, mucho más que “Millennials”, que se interesaba a una patética estafa en el mundo de los festivales musicales,
- Theranos, engaños y reyes desnudos, el cual era sobre una historia más problemática: otra estafa implicando los laboratorios de pruebas medicales.
Los ingredientes presentados en estos artículos eran los mismos. Ya había, en esos, una especie de “Non-dit”:
Que, de alguna manera, el universo castigaba a los malos. Nosotros no creemos eso.
“Fight back” decía Derren Brown al final de “The Push”. Ojalá fuera tan evidente.
En la realidad, la mayoría de los malos se salen con la suya, si alcanzan un nivel de poder suficiente, claro.
Carlos Ghosn, nuestro personaje del año 2019 (al cual hemos dedicado siete artículos) es una vibrante demostración de esta realidad.
Cuidadosamente ocultado
El documental de Netflix sobre la caída de Jeffrey Epstein deja muchas cosas en la sombra.
Empecemos por una pregunta que apenas se menciona en el segundo episodio: ¿Cómo consiguió este hombre todo este dinero?
La escasez de las informaciones reveladas es muy diciente. Trabajo en Wall Street, como especulador y eventualmente estafador.
Esta parte es claramente expuesta… Pero, las cifras no cuadran: el tipo fue BILLONARIO en dólares.
Tenía propriedades de lujo en Londres, Paris, New York y Miami, una isla entera en las Islas Vírgenes, aviones personales.
Era amigo con la élite mundial, recibía en su jet privado gente como el presidente Clinton, el príncipe Andrew (de la familia real inglesa), o un tal Donald Trump.

Los invitaba a su isla, les regalaba esclavas sexuales (perdón, esto, muchos de sus “amigos” lo pueden negar categóricamente).
Todo eso no pinta el retrato de un simple estafador. El resto está cuidadosamente ocultado.
Los corredores del poder
El hombre caminaba en los corredores del poder occidental…
Acabamos de pronunciar la palabra fatídica: “Poder”. Es el otro “Non-dit” de esta historia.
Sin jamás decirlo directamente, el documental demostró que este hombre logró ubicarse por encima de la ley.
Decirlo sería admitir una verdad que nos supera: que existen varias capas fuera de nuestro alcance.
Jeffrey Epstein fue demasiado descuidado (es un eufemismo), y por eso sus pares lo sacrificaron. Los demás no son tan torpes, y, sobre todo, manejan perfectamente el “Non-dit”.
¿A partir de cual nivel está uno por encima de la ley? Gracias a Carlos Ghosn, sabemos que la zona de protección no es geográficamente universal.
Pero sabemos también que este inconveniente es manejable. Lo que no es manejable es exponer a sus pares.
En este caso, esos abandonaran al atrevido/estúpido.
Otro proverbio francés dice “Pour vivre heureux, vivons cachés” (“Para vivir felices, quedemos escondidos”).
Una duda subsiste, sin embargo: ¿Tiene la palabra “felicidad” algún significado en este mundo de “arriba”?
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