Grado de dificultad: 1 (básicamente es un tema de marketing)

Columnista: Roberto

Bajó la temperatura

¿Aguafiestas o solo adelantado?

Desde que se habla de la tecnología 5G (era el tema de la 6ta edición del congreso de la ANE en 2016), estoy visto como un aguafiestas y un retrograda. Uno de los primeros artículos de TMN detallaba serias dudas sobre esta “evolución”:

http://tecnologiamediaynerdos.com/professionals/la-5g-cronica-de-un-exito-anunciado/

El contenido de este artículo sigue siendo plenamente de actualidad.

Las noticias recientes muestran una notable evolución en el lenguaje utilizado para promocionar la tecnología celular “5G” tan prometida. El artículo siguiente en El Espectador es bien representativo de este cambio:

https://www.elespectador.com/tecnologia/que-se-puede-esperar-de-la-tecnologia-de-redes-5g-articulo-841762

La temperatura bajo sensiblemente. Si uno hace una búsqueda más amplia, con Google por ejemplo, con el texto “5G hype”, este buscador arrojara una larga serie de resultados.

Entusiasmo y economía

Este enfriamiento era previsible: las empresas de telecomunicaciones, que serán (tal vez) las futuras utilizadoras de la tecnología son capitalistas, no caritativas.

La tecnología en cuestión les va a costar un riñón (o los dos, y más órganos vitales), mientras que apenas están empezando a desplegar 4G (LTE).

Se tiene un calendario más preciso ahora de cuando 5G “estaría” desplegado: una estimación macheteada dice “no menos de 5 años, y más cerca de 10”.

¿Razones por esta última cifra?

Por ejemplo, Apple acaba de darse cuenta de que su último modelo de IPhone no se vende tan bien. El crecimiento lineal infinito ya llego a su límite, porque los clientes no están más dispuestos a pagar 1000 dólares por un terminal de vida útil reducida y con un riesgo de robo alto.

Este ejemplo, enfocado sobre el material, muestra que los clientes llegaron a un límite: un teléfono 5G costará más (el sobrecosto previsto sería del orden de 200 a 300 dólares).

Además de eso, las redes para usar estos teléfonos estarán escasas durante mucho tiempo.

La competencia de otras tecnologías y soluciones

Los promotores de la 5G (que se llama ahora “IMT 2020“, por cierto) parecen haber olvidado algo, o más exactamente “alguien” en su operación agresiva de marketing: los usuarios.

Una pelea fratricida se está armando entre los operadores de celular: habrán notado que la cantidad de datos descargados por mes, propuestos en los planes, empezó a subir, sin que los planes subieran de precio. Es un síntoma de que los usuarios se dieron cuenta de que estos planes están excesivamente costosos y no sirven.

Viví un ejemplo representativo muy recientemente: instalé 3 juegos en un PC, respectivamente 44,4 Gigabytes, 27 Gigabytes y 16 Gigabytes, un total de 87,4 Gigabytes en un plazo de tres días (representativo, pero no muy típico, lo reconozco).

Realice esta operación con una conexión cableada fija de 50 Megabit/s, además, por supuesto, de los demás datos consumidos en navegación, en consultas, y en streaming audio y video habituales.

Las soluciones por redes celulares simplemente no son una opción en un tal caso, y no están ni cerca de aparecer en la lista.

También se puede hablar de otras soluciones satelitales, que estarán disponibles mucho antes de la 5G.

Motivaciones más reales de la 5G

5G es de origen americana

Las voces empiezan a hablar. Se sabe ahora que se trata de una propuesta tecnológica de origen estadounidense, para recuperar el “liderazgo” que perdieron frente a Europa con GSM en 2G y UMTS/HSPA en 3G.

Eso explica porque las expectativas y la agresividad marketing son mucho más acentuadas de este lado del Atlántico. En Europa, los operadores están mucho más tibios y discretos.

En Asia, son esencialmente los países fabricantes de tecnología celular (Corea y China) que promueven la evolución. A estos dos, se puede añadir Japón, el único país del mundo cuya cultura celular y disciplina vuelve la tecnología 5G creíble.

Una cultura de agresividad comercial

La agresividad marketing utilizada es también muy reconocible: es la marca típica del mercado norteamericano.

TMN se intereso en varias oportunidades a esta manera de “adornar” la realidad de una manera que puede rápidamente volverse contraproducente.

Nuestro más reciente artículo, inspirado por un festival de música fallido, es en realidad muy cercano a lo que se puede notar en el presente caso: una escala de tiempo surrealista para un proyecto, y cálculos económicos incomprensibles.

La diferencia es que, en el pequeño escándalo del Fyre Festival, solo un equipo reducido de personas estaba implicado (aun así, provocando un daño considerable, a su escala).

En el presente caso, habría mucho más personas implicadas y engañadas.

A menos que sea para desprestigiar un sector tecnológico, como “daño colateral” de una guerra de poderes económicos y políticos.