Grado de dificultad: 2 (Las razones no son tan sencillas)
Columnista: Roberto
Las ventas ratifican el auge de los discos de vinilo
Una sorpresa para la prensa tecnológica
En la prensa tecnológica, artículos recientes notan, con algo de sorpresa, que los vinilos se venden más que los CD’s:
Los discos de vinilo superan en ventas a los CD por primera vez en casi 4 décadas
Es decir, lo que era inicialmente una especie de esnobismo de hípster se volvió una tendencia.
Los tornamesas representan una anomalía en la evolución tecnológica que TMN estuvo siguiendo desde 2018:
¿Perdurara esta tendencia? Esa es una excelente pregunta.
Analizamos (y opinamos).
Spotify, no el vinilo, mató a los CDs
¿Qué fue lo que pasó con los lectores de CD?
Una primera cosa evidente es que la digitalización de la música se acompañó de una desmaterialización.
AKA los que escuchan mucha música suelen tener suscripciones a plataformas como Spotify. A calidad idéntica de sonido, el streaming audio es mucho más práctico (¿quién se quiere enredar con CD’s?).
Una segunda evolución es más discreta pero clara: la desaparición de los lectores de CD/DVD/Blue Ray.
Solían adornar los PCs, los autorradios, los sistemas de sonido en casa. Los mataron las llaves USB y las conexiones por Bluetooth.
Codificación y compresión del sonido
Hay otro argumento, más técnico: la codificación “MPEG2 capítulo 3”, más conocida como MP3, siempre fue disputada:
La calidad de la digitalización no era siempre de alto nivel (que ocupa demasiada memoria), incompatible con la capacidad de un CD.
Para sus colecciones, los audiófilos prefieren otra codificación, FLAC, más clara al respecto (y de compresión reversible) … Y resulta que esta codificación/compresión no existe en CD.
Los odiados “Derechos de autor”
Y hay, por supuesto, el tema de los derechos de autor, que protegen a los editores más que a los artistas … Y para nada a los que escuchan música.
El CD es, justamente, el único soporte que se “beneficia de esta protección”. Uno más uno son dos.
Así que el pobre CD es difícil de justificar como soporte físico.
En cambio, los vinilos siempre fueron percibidos como objetos coleccionables. Gracias a su gran tamaño (30 Cm), el estuche del vinilo es el complemento gráficamente estético de la música.
Es decir, es una serie de detalles que concurren en volver atractivos a los vinilos. La estética del tornamesa en sí y la cuidadosa acción de poner un disco realzan y completan la experiencia.
El temor a la desmaterialización
Hay un aspecto nostálgico en la reciente afición para los tornamesas y los vinilos. Lo notábamos en artículos anteriores:
No es una atracción hacia cosas “vintage” (AKA una especie de arqueología). Es un temor a la desmaterialización de la tecnología.
Es un problema bien real que nosotros, especialistas y otros nerdos, tenemos dificultades en entender.
El aspecto visible de los tornamesas es el que parece atraer a muchos aficionados recientes.
Ellos no están familiarizados con conceptos difíciles como lo es la digitalización del sonido.
Así que pensamos que el auge de los tornamesas durará. Ojalá sirva para reconciliar los Nerdos con los Dummies.
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