Grado de dificultad: 2 (Porque Microsoft ni no nos tranquiliza ni nos ayuda).
Columnista: Roberto
Monitoreando el precio de un módulo TPM 2.0
Mirando en Amazon, vi que el módulo TPM 2.0 aceptado por mi motherboard estaba (lentamente) bajando de precio.

Sin embargo, sigue siendo ridículamente excesivo para un circuito integrado de bajo costo.

Los efectos de la escasez de componentes, consecuencia de la pandemia, están todavía bien visibles.
Hagamos un recordatorio a los que estuvieron en hibernación todo este tiempo:
Este pequeño módulo es mandatorio para los que quieren actualizar su sistema operativo a Win 11.
Su configuración física cambia según el fabricante y el modelo de placa madre (astucia para subir los precios).
En otros términos, tenemos otro tiempito por delante antes de hacerse la pregunta.
Windows 11, el sistema operativo confidencial
La pregunta dolorosa
La pregunta en cuestión es:
“¿Vale la pena comprar este módulo y hacer la actualización a Windows 11?”
Mi respuesta actual todavía es:

AKA Dolor de cabeza, y Microsoft y sus periodistas esponsorizados no ayudan mucho en esta decisión.
El año pasado, TMN publicó varios artículos sobre la llegada de Windows 11, entre los cuales:
La situación no evolucionó mucho. Vean, por ejemplo, este reciente artículo en PC Mag:
Windows 11: Biggest Changes and New Features
Convincente, no es … y convencido, tampoco. Los comentarios bajo el artículo refuerzan esta impresión.
Windows 11: crea duda …
Las cifras no están bien claras, pero parece que muy poca gente se pasó a Win 11:
Sluggish adoption of Windows 11 with more devices on unsupported OSes
Esta estadística es reveladora de la preocupación de la comunidad. Microsoft logró asustarnos lo suficiente para que los rumores acaben con la reputación de su nuevo S.O.
Nadie debería opinar sobre las características de algo que no conoce … Lo cual parece ser el caso para la inmensa mayoría de nosotros.
Un toque adicional de soberbia …
Lo que destrozó la estrategia de Microsoft se llama COVID 19. No contaban con que una escasez de componentes transformaría la compra de un módulo TPM 2.0 en una misión imposible.
A eso, se sumó un toque adicional de soberbia:
Una pequeña élite de suertudos se puso a culpar a las (MUY numerosas) víctimas.
Lo cual me devuelve a mi dolor de cabeza: que Windows 11 sea una buena opción tal vez ya no es más el punto.
La reacción general es tan desastrosa que, irresistiblemente, uno se acuerda de los casos “Millenium”, “Vista” y “8”.
¿Será que vale la pena arriesgarse a instalar un sistema operativo muerto antes de existir? Tengo todavía varios meses para decidirme (y economizar la aspirina).
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