Grado de dificultad: 1 (No es motivo de sarcasmo, explicamos por qué)

Columnista: Roberto

La falla del 11 de julio de 2019

El 11 de julio de 2019, desde Kourou en Guyana Francesa, la Agencia Espacial Europea estaba lanzando un satélite de observación fotográfica para los Emiratos Árabes Unidos, llamado Falcon Eye 1.

Falló.

https://spacenews.com/arianespace-vega-launch-fails-emirati-satellite-lost/

A los 130 segundos aproximadamente, poco después de la eyección del primer propulsor, el segundo piso empezó a “desviarse de la trayectoria nominal”.

El lanzador, un propulsor VEGA a tres pisos, estaba reputado muy confiable: el lanzamiento del 11 de julio era el decimoquinto de este tipo, y todos los anteriores fueron exitosos.

Una muy mala noticia

La vicepresidente de operaciones de Arianespace, Luce Fabreguettes, se vio muy afectado cuando hizo el anuncio oficial de la falla.

Luce Fabreguettes - Vicepresidente Operaciones - Arianeespace

Las razones son múltiples.

Por supuesto se trata de la perdida de una carga muy costosa, que costara una fortuna a las compañías de seguros.

Pero no es solo eso.

En la actualidad, frente a una competencia brillante y agresiva como la de SpaceX, cualquier falla es un golpe a la reputación de la agencia europea y puede significar la perdida de clientes.

Para todos nosotros, aunque no seamos bien conscientes de eso, es también, una muy mala noticia.

La desaparición de uno de los actores pondría los que quedan en posición de monopolio. Este escenario no genera alegría a nadie.

La ESA, vector de desarrollo y de contrapoder

SpaceX, un líder con secretos

El líder actual en materia de lanzamientos espaciales se llama SpaceX.

Del lado claro, es un equipo muy eficiente y tecnológicamente muy avanzado.

Del lado obscuro, se trata de una corporación privada, dirigida por un notorio “libertariano” (AKA asimilable a una monarquía de la edad media).

Sin minorar los espectaculares éxitos de esta corporación, nos parece importante recordar que la transparencia de SpaceX no es completa.

Lo más evidente es el aspecto muy teatral de todos sus lanzamientos.

Este aspecto es benigno, salvo una mentira sistemática más grave:

Pretenden saber recuperar todos sus lanzadores y no es cierto: la plataforma de recuperación acuática “I Still Love You” tiene una tasa de falla más alta de lo que pretenden oficialmente.

I still love you - Origen SpaceX

Nota: la tasa de falla exacta está mantenida secreta.

No es tanto la no recuperación que presenta un problema, sino la mentira corporativa que la cubre.

Sabemos todos muy bien hasta donde las corporaciones pueden llegar a mentir cuando empiezan a hacerlo.

Boeing, un ejemplo de pérdida de confianza

Los cohetes Saturn de la NASA, en su época gloriosa, como los “Space Shuttles”, eran fabricados por la Boeing.

Atlantis aterrizando - Origen NASA

Estos últimos tiempos, esta empresa vio su credibilidad decaer sensiblemente por fallas mortales y retrasos repetidos.

Representa, para todos, el ejemplo a no seguir.

Es, muy probablemente, este ejemplo que ocupa la mente de los directivos de la ESA y de Arianespace (y de todos los que los observan en este momento).

El futuro de la ESA

El uso del propulsor VEGA tenía una razón económica: se trata de un cohete de dimensiones modesta, y destinado a misiones de órbita baja o mediana (perfecto para lanzar satélites).

Por supuesto, el costo de un lanzamiento era es inferior al de un Ariane 5, o del futuro Ariane 6, lanzadores mucho más poderosos (y costosos).

Se suponía que VEGA era la respuesta al envejecimiento del Soyuz ruso. La investigación sobre la falla (de manera transparente, esperamos) dirá si esta solución está todavía vigente o si sufrirá retrasos.

El futuro lanzador Ariane 6 no es recuperable todavía (seguramente están trabajando sobre el tema).

La presencia de la ESA y de Arianespace, en esta carrera, es más que solo comercial (lo es, sin embargo). Es también estratégica.

En la actualidad, la actitud ultra capitalista que prevale en Estados Unidos no es de naturaleza a inspirar confianza a los eventuales clientes: el precio de las misiones no lo es todo…