Grado de dificultad: 0 (Para nosotros, el hecho de ser de cultura científica nos simplifica mucho la respuesta)
Columnista: Roberto
Es uno de estos artículos que TMN no debería publicar. Sin embargo, el tema del fracking es demasiado grave para la comunidad científica a la cual pertenecemos (aunque de manera indirecta).
Un artículo en El Espectador
En un artículo anterior, TMN se interesó en las analogías entre los discursos para justificar el uso de la energía nuclear de un lado del atlántico, y del “fracking” en Colombia.
La lectura de un artículo en “El Espectador” nos lleva a regresar sobre el tema. El artículo es el siguiente:
La razón es el lenguaje utilizado, muy revelador lo inadecuado de la respuesta al problema. Nos sorprende, además, que los periodistas del Espectador parezcan tener dudas sobre los peligros de la técnica en causa.
A menos que sea por prudencia y por la sagrada “neutralidad periodística”. Si es así, lo aceptamos. Nosotros, sin embargo, podemos ser más severos, por estar de una comunidad que ya se pronunció unánimemente.
Seamos claros: no hay ninguna duda científica, y existen todos los estudios y todas las pruebas necesarias para mostrar que el fracking es una técnica muy dañina para el medio ambiente y para la estabilidad telúrica de la zona andina.
El caso está, una vez más, presentado como una controversia. En el mundo científico no existe ninguna controversia sobre él.
La verdadera pregunta es si prevalecen los intereses de los petroleros sobre todos los demás.
Aspectos legales y financieros contra realidades científicas
El artículo presenta esencialmente el punto de vista del gobierno y de las empresas petroleras.
Parece que lo único que impide que esta técnica sea utilizada en Colombia es el olvido de consideraciones ambientales como “principio de precaución” en temas puramente legales.
Es una protección muy frágil.
El problema no es si “hay riesgo de daños irreversibles”, porque los hay, sino que el gobierno no parece nada interesado en este “detalle”.
Es claro, además, en el artículo del Espectador, que están conscientes de eso. Una de sus respuestas es espectacular al respecto: “no es cierto que los eventos sísmicos puedan causar desastres o terremotos de gran magnitud”.
Ahora, sabemos quienes componen la ANH (Agencia Nacional de Hidrocarburos), y porque hay tan pocos vehículos eléctricos en Colombia. No es, sin embargo, una sorpresa.
La justificación económica es aun más discutible. Se sabe que la estructura del mercado de los carros eléctricos cambiará drásticamente en los 5 próximos años, y que Colombia no tendrá otra opción que seguir este movimiento.
Se sabe también que el tema de las energías renovables se debe analizar y planificar desde ahora.
Es totalmente cierto que el fracking es, desde el punto de vista financiero, una técnica “sostenible” a corto plazo para los petroleros. Para el resto de Colombia, se trata de sacrificar NUESTRO futuro a mediano y largo plazo.
Mostrarle a un fenómeno natural, un texto de ley o una decisión legal no lo convencerá mucho. Hay cosas más productivas por hacer, que requieren más trabajo.
Si es el trabajo lo que espanta a los petroleros, otros serán menos perezosos.
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