Grado de dificultad: 2 (varios enlaces envían a contenidos en inglés).
Columnista: Roberto
El 11 de Noviembre, SpaceX lanzó con éxito el segundo set de satélites de su red de Internet satelital “Starlink”.
Como la primera vez, es un “paquete” de 60 satélites que fue puesto en una órbita a 350 Km de altura.
Es un evento más importante aún que el primer lanzamiento del 23 de mayo de 2019.
Historia de un éxito
La red ya funciona
Lo es desde varios puntos de vista. Empezamos por esta noticia que comunicó el propio Elon Musk vía Twitter (de manera un poco teatral, pero su alegría es entendible).
El 22 de octubre, él envió el siguiente tweet:
Como lo indica su contenido, este tweet fue enviado a través de la naciente red Starlink (57 satélites en órbita hasta entonces).
Nota: Se lanzaron 60 en el primer envío (ver nuestro artículo “Starlink empieza”), de los cuales 3 fueron sacrificados (uno de ellos se volvió celebre por un incidente…)
El mensaje era estratégico: con solo 57 satélites, la red ya funcionaba.
Una primera demostración visible de superioridad
Como lo dijimos en nuestro artículo “Starlink empieza”, “SpaceX aclara, sin embargo, que les falta otras 5 misiones para alcanzar una “cobertura Internet mínima”, o sea 360 satélites”.
Es decir que, desde ya, Starlink dispone de un tercio de su configuración mínima.
Así, toman la delantera sobre sus competidores directos, OneWeb y Project Kuiper, y lo están haciendo de manera brillante: son los únicos que van a cumplir con sus promesas.
Si siguen el mismo ritmo, en 2021 Starlink podrá empezar una explotación comercial. Será seguramente aplaudido por los bancos, felices de ver tan rápidamente un retorno sobre su inversión.
Nota: los competidores directos, incluyendo la “5G” aplauden mucho menos.
Ventajas y fuerzas de la estrategia SpaceX
La fuerza de SpaceX se demostró sobre dos aspectos:
- Maestría tecnológica y organizacional
- Capacidad para economizar
Una solución muy económica
La maestría, la demuestran por una tasa de éxito muy alta en los lanzamientos que realizaron. A estas alturas, ya no se puede dudar de la calidad de su ingeniería, ni de su organización.
La capacidad para economizar no es solo en términos financieros.
Es, por supuesto, una gran superioridad que la de poder recuperar elementos muy costosos como los lanzadores y, más recientemente, las cúpulas de las cargas.

Es importante porque estas naves están principalmente compuestas de titanio y de fibra de carbono. No sabríamos decir cuánto cuestan exactamente, lo que podemos afirmar es que la unidad de medición es el millón de dólares.
Una frecuencia de lanzamientos más elevada
Otro elemento que se economiza, indirectamente, es el tiempo de fabricación.
El lanzador Falcon 9 que se usó para esta misión alcanza su cuarto uso. Son iguales las economías en tiempos de fabricación.
Hasta la plataforma marina “Of course I Still Love You” era rentabilizada con un solo éxito de este tipo.
Los argumentos anteriores indican que esta organización es creíble.

Los elementos en contra (o de mitigación)
Hay, sin embargo, elementos que van en contra de estos cálculos: principalmente el tiempo y el clima
Nota: Hay también, en proporción inferior pero cierta, un cierto exceso de confianza.
El tiempo no es tan problemático para un lanzamiento hacia una órbita terrestre baja.
Los cronogramas de los lanzamientos comerciales SpaceX y de las otras organizaciones internacionales los son un poco más. Al contrario del desorden terrestre, las diferentes agencias espaciales se ponen de acuerdo …
El tema del clima está fuera de todo control, sobre todo sabiendo que SpaceX realiza muchos de sus lanzamientos en Florida.
En consecuencia, las temporadas de lluvia y otros fenómenos como el viento (es zona de huracanes) o la neblina suelen ser obstáculos generadores de sobrecostos (un intento fallido de lanzamiento lo es).
Sin embargo, les toca tomar “riesgos” (en materia de programación): no es tan habitual que se reúnan condiciones climáticas tan favorable como en esta última misión.
Esta vez, hasta “Of course I Still Love You” pudo operar en un mar calmado.
Un futuro sonriente para SpaceX
No todo se puede economizar: el combustible es costoso, y los salarios y gastos son altos.
Las comunicaciones también cuestan, pero son asimilable a una publicidad. Además, los periodistas y otros blogueros están muy felices de reportar gratuitamente estos eventos.
Nadie puede afirmar que la hoja de ruta de Starlink será siempre tan fluida. Tienen mucho camino, todavía, para recoger.
Pero es también el caso de todos sus competidores y, como lo dice el dicho, “Él que pega primero pega dos veces”.
En su próximo lanzamiento, en 2020, si se logra (y no hay razón para durarlo), Starlink estará en posición de hacer pruebas de operación de red, e iniciar su promoción comercial (¿primeros clientes?)
Por otro lado, eso pone la presión sobre sus competidores, que no pueden quedar atrás. Tendrán que tomar riesgos que SpaceX ya superó.
Nota final: la ventaja de poder recuperar sus lanzadores no durará para siempre. Dentro de los 5 próximos años, la competencia tendrá una respuesta (y eso también será más sano).
5 años es suficiente para Starlink, no para la exploración espacial tripulada.
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