Grado de dificultad: 2 (Sin que sea escrito en francés, sigue siendo difícil de entender).

Columnista: Roberto

El “feedback” de los lectores nos ayuda

No tenemos muchos comentarios en forma escrita a nuestros artículos (aparte de los trolls, que son en cantidad alarmante).

Aunque no tengamos muchos comentarios, tenemos retroalimentaciones directas de nuestros lectores más cercanos.

Puede ser de una manera muy básica, con un “pulgar arriba” en una página facebook, un “Like” o un “Retweet” en Twitter, o una recomendación en LinkdIn.

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Sin embargo, a veces, el intercambio es más completo: un intercambio de mensajes y hasta conversaciones.

Este último caso acaba de ocurrir a propósito de un artículo reciente que acabo de redactar para TMN.

El artículo en cuestión es “Hospitalidad francesa en marcha”, una reacción “en caliente” a un evento que se produjo en Francia (lejos), pero con resonancia internacional.

La persona con la cual conversé me hizo notar, muy diplomáticamente, que yo hacía referencia a un artículo en francés, idioma que nadie practica por aquí.

Como primera consecuencia de esta conversación, me pusé a la tarea de traducir el articulo en cuestión.

Está ahora integrado a mi artículo TMN inicial).

Análisis más profundo

Luego, me di cuenta de algo que sentí, pero no expresé lo suficiente en mi artículo: que había dos caras en la situación que describía (los lados “sello” y “cara” que mencionaba en mi artículo anterior).

Puse más el acento sobre el aspecto “negativo”, mientras que había, de manera refrescante, otro aspecto mucho más positivo de lo que esperaba de mis compatriotas.

¡Ups! Olvidaba precisar a los que no conocen bien a TMN que soy ciudadano francés, voluntariamente exiliado.

Sería muy complicado explicar que tiene Francia y los franceses de específico, y mi visión sería necesariamente subjetiva. La ventanita que abriré no pretende explicar todo.

Nota: Sí, los franceses se bañan todos los días. No sé de donde nació esta leyenda de desaseo que se murmura sobre ellos… Incluyéndome.

Hospitalidad francesa en marcha

Empezamos por el título del artículo anterior: “Hospitalidad francesa en marcha”.

Es una alusión al nombre de un partido político de allá, “La république en marche” (en español: “la república en marcha”, más o menos).

Este partido es el que gobierna actualmente en Francia (en 2019), y que asume (que lo reconozca o no) la responsabilidad de las acciones de sus servicios de policía.

Es el aspecto negativo de la historia que reportaba. Lo describiré, a continuación, de manera más precisa.

Seine Saint Denis, zona cosmopolita

“Roissy en France”, pueblo campesino, en el borde exterior de la aglomeración parisina (a 20 kilómetros al norte de París) es solo relevante por hospedar el principal aeropuerto de la capital francesa.

Esta zona de Francia (departamento) se llama “Val d’Oise”, y es cercana a otro departamento, “Seine Saint Denis”, que, aparentemente, asume la parte policíaca del aeropuerto (aduana, inmigración).

Esta zona conoció, en los últimos 50 años, el flujo migratorio más alto de toda Francia.

Eso debería haber creado una empatía particular con los migrantes. Fue solo parcial. En la práctica, se creó en esta zona una forma de racismo latente.

Digo “latente”, porque el racismo es un tema tabú en este país. El problema es que existe, y de manera muy virulenta.

Siendo prohibido, nadie habla de este tema de frente, y se suele manifestar en las circunstancias más inoportunas.

Policía, fronteras y racismo

En particular, sería mejor que los funcionarios de policía que atienden los temas aeroportuarios no lo sean, tampoco que su jerarquía.

Parece que los flujos migratorios recientes reactivaron comportamientos xenófobos. Y resulta que el racismo no suele asociarse ni con lucidez ni con equilibrio.

Parece también, según lo demuestra el evento, que esta cultura va más allá de la simple acción policíaca.

Y no hablare más de este tema doloroso (por fortuna, estoy muy lejos ahora), para hablar de cosas más soleadas.

Una reacción ciudadana que tranquiliza

El evento “desafortunado” (eufemismo) que vivieron las tres suramericanas fue inicialmente reportado por “France Bleu”, una estación de radio que publica también artículos para respaldar sus noticias verbales.

Ya sabemos que las tres mujeres contaron con un sistema de justicia que no se guía por nociones racistas (o, por lo menos, en este caso).

Sabemos también que recibieron ayuda desinteresada de ciudadanas francesas, y de una asociación – un gran saludo a estas personas.

Más interesante aún fue el interés que suscito localmente en las noticias:

Periódicos como Le Point, le Huffington Post France, Le Nouvel Observateur, Sud Ouest, y muchos otros, hablaron del tema, prueba de la sorpresa y vergüenza que causó.

Sirvió, además, para que la gente se enteré de una situación “nada excepcional”.

Quedo, por supuesto, atento para contestar a sus comentarios.

Es tiempo de regresar a temas más fútiles. Hablaré próximamente de un canal YouTube que me llamó la atención: otro nerdo que habla de temas científicos…