Grado de dificultad: 2 (la toxicidad es una noción difícil de aprehender plenamente).
Columnista: Roberto
Cuando Naomi Osaka se fue de Roland Garros
Genesis de una extraña noticia
En un editorial anterior, TMN evocaba (brevemente) la evolución de las noticias hacia algo más tóxico:
Protestas en Colombia vs. COVID-19
El tema del presente artículo ofrece un buen ejemplo de eso. Lo inspiró una noticia deportiva reciente, que termina siendo más que sobre deporte.
Tiene como protagonista a la campeona de tenis Naomi Osaka:
Naomi Osaka se retiró de Roland Garros
La noticia era rara desde un principio.
Empezó como un chisme sobre su retiro del torneo de Roland Garros (en Paris). No era muy claro: se sugería que se había retirado de este campeonato por problemas en un encuentro.
Resulta, sin embargo, que había ganado el famoso encuentro, pero que “algo” pasó después.
Seguía muy confuso hasta que, finalmente, se reveló que se había rehusado en participar en una rueda de prensa…
Naomi es alérgica a la estupidez
Creo que muchos, como yo, empezaron a levantar las cejas de la sorpresa. Más sorprende aun fue enterarse de que la habían multado por eso y que, como consecuencia, decidió retirarse del campeonato.
No cuadraba: Pasar de una multa a una renuncia es un salto radical.
Progresivamente, detalles salieron a la luz (reportados por ESPN):
Pareció horrible, desproporcionado y fuera de lugar. Pero era cierto, como lo confirmó una declaración oficial de la dirección del torneo:
Statement from Grand Slam tournaments regarding Naomi Osaka
Podrán notar, en esta declaración, contradicciones repetidas: pretenden alardear de su “compromiso con el bienestar de todos los atletas”.
Pero, al mismo tiempo, “le recuerdan sus obligaciones y las consecuencias de no cumplirlas” …
¡Ah bueno!
Noticias tóxicas
Una intransigencia muy francesa
Hay varios niveles de toxicidad en este incidente.
El primero es, por supuesto la incoherente intransigencia de la dirección del torneo (no me sorprendió: conozco a los franceses).
Tristemente, esta intransigencia parece haber sido compartida por personalidades … Que hicieron marcha atrás cuando se dieron cuenta de la desaprobación general (sí, el mundo evolucionó).
Civilización de egoístas
En un segundo nivel, el rechazo de los problemas de estabilidad emocional y mental es más amplio que este incidente.
Es una falla de nuestra civilización de egoístas que solo empeoró con la cuarentena pandémica y el encierro.
La introversión y la angustia son males que afectan particularmente las jóvenes generaciones, ya considerados como monstruos:
Los millennials “oficialmente” monstruos
Por fortuna, los que propagan estas mentiras son una minoría, cuya influencia decrece gradualmente.
Publicidad y periodistas unidos en la toxicidad
Existe un tercer nivel de toxicidad, que nadie resalta, pero que es central. Se llama “publicidad”.
Además de plagar nuestra vida cotidiana con mentiras e ilusiones, es un medio esclavista, particularmente con los atletas profesionales.
En serio: ¿Quién se inventó que los atletas debían ser presentadores de tele?
Los aficionados al futbol se acordarán de declaraciones muy profundas dadas por jugadores en entrevistas post partidos.
Todo eso para que se puedan ver los logos de patrocinadores detrás del atleta.

Y ni hablar de la toxicidad de los periodistas sobre deportes …
Lo gracioso de esta historia fue ver desaparecer los malos comentarios, y a sus autores publicar disculpas. Cuando cambia el viento, los vapores tóxicos pueden devolverse a su origen.
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