Grado de dificultad: 2 (La cuestión es dolorosa, hablar de COVID-19 no pretende evadirla)
Columnista: Redacción
Humilde opinión de TMN sobre una actualidad dolorosa que nos desvió de nuestro enfoque habitual.
Hablemos de las protestas en Colombia
La actualidad se volvió tóxica
Últimamente, TMN publica menos artículos. No son ganas las que nos faltan… Ni el material. Hay muchos temas para discutir en las noticias recientes.
La cuestión es que esta materia prima se volvió más tóxica y, por eso, más difícil de manejar.
Tenemos dudas a la hora de elegir nuestros temas, y la redacción es más reflexiva… No por eso es más eficiente.
Hay temas, sin embargo, que no podemos pasar por alto. Sería dar la espalda a la realidad.
En particular, esta realidad es que TMN tiene su “sede” en Colombia. La actualidad reciente de este país es una ola de protestas que paralizó nuestra vida cotidiana.
Roberto, que es ciudadano francés, ya había opinado sobre el tema en un editorial reciente:
La Revolución Francesa o el pueblo
Era una manera indirecta, aunque ya peligrosa, de tocar el tema.
Protestas en Colombia, tendencia mundial
Desde el exterior, la visión sobre estos eventos es sorprendentemente acertada:
Colombie : l’armée envoyée à Cali, où le bilan des manifestations monte à au moins dix morts
Nota: podríamos traducir este artículo en francés si les interesa. Cuéntennos.
¿Tienen estas protestas que ver con la desesperación provocada por COVID-19? No nos cabe la menor duda: la estabilidad emocional de los Colombianos es frágil.
Nos hace permeables a la violencia, y nos hace también muy creativos (no siempre en el buen sentido…)
Resulta que hemos empezado a ver a contactos nuestros darse en la jeta lanzarse invectivas en las redes sociales sobre las protestas.
No los culpamos a ellos – tienen nuestro más profundo respecto – sino a los que encienden polémicas con intenciones oscuras.
… Hasta nosotros hemos, puntualmente, intervenido en tales peleas (los insultos provocan reacciones viscerales). Los trols no son fáciles de evitar.
COVID-19 sigue acompañándonos
“That ship has sailed”
Resulta que el motivo de las protestas dejó de ser una reacción popular contra decisiones contraproducentes.
En nuestra opinión, se volvió un juego más convencional entre:
- Gobernantes,
- “Líderes de protestas”,
- Jóvenes (y entusiastas) académicos,
- Delincuentes de todos perfiles,
En otros términos, y como lo dice una expresión inglesa, “That ship has sailed”. Sería tiempo de terminar la “Jacquerie”.
Una puerta de salida
Mientras tanto, parecería que hemos olvidado nuestro peligroso acompañante del momento, COVID-19.

¿Será tan así? El desespero por una interminable guerra y un lento proceso de vacunación era un importante acelerador. Además del enojo, hubo también una negación, un deseo de evadir la realidad.
Lo estamos diciendo para proponer una puerta de salida a todos los actores de la presente pelea.
Porque, en cuanto al descontento, como lo nota el artículo de “Libération” (traducción)”:
“… según el Banco Mundial, Colombia se ubica entre los países más desiguales en términos de ingresos y tiene el mercado laboral más informal de América Latina”.
Esta situación no se arreglará sin decisiones valientes. ¿Para cuándo la próxima “Jacquerie”?
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