Grado de dificultad: 1 (Traducción al español de nuestro editorial “Fahrenheit 451 and dystopian reality”)

Columnista: Roberto

Se supone que el calificativo “distópico” es solo imaginativo y limitado a la ciencia ficción. ¿No es así?

Fahrenheit 451 y otros cuentos distópicos

Ciencia ficción y la realidad presente

Fahrenheit 451, la obra maestra de Ray Bradbury, fue publicada en 1953. Se inspiraba en la todavía reciente Segunda Guerra Mundial, y describía un mundo distópico donde la lectura estaba prohibida.

Ya di mi opinión sobre la ciencia ficción en un artículo de TMN:

Ebooks: Ciencia Ficción y Realidad

AKA Lejos de soñar con el futuro, la literatura (casi) siempre describe el presente (de una manera disfrazada).

En el caso de Fahrenheit 451, sin embargo, Bradbury poco podía imaginar que estaba describiendo su propio país siete décadas después.

O tal vez lo hizo, inconscientemente (los artistas suelen ser perceptivos…)

Fahrenheit 451 y la censura

Una fea tendencia reciente quiere censurar libros específicos, como se muestra en el siguiente ejemplo:

Art Spiegelman sees the new ban of his book ‘Maus’ as a ‘red alert’

Este es un caso. Podrían encontrar varios otros ejemplos en las cavernas los condados (¿ultra?) conservadores de los Estados Unidos.

Entre los libros censurados, pueden encontrar:

Todas estas brillantes obras cuentan una historia común, la de un universo distópico inquietantemente plausible.

Hacia algo más independiente

Triste y horrible

Mi reacción inicial fue, por supuesto, la ira. Luego, me di cuenta de que probablemente eso era el objetivo del movimiento ultraconservador actual.

Más allá de la primera reacción de ira, me sentí triste y horrorizado.

Censurar un libro es per se un asunto inquietante. Censurarlo por decisión de oscuros fariseos en una mesa directiva escolar es tan distópico como lo descrito en este libro.

Bueno … Reconozcamos un hecho: la censura siempre es decidida por comités oscuros … Con justificaciones flojas.

Hasta ahora, tales decisiones solo afectaban escasas comunidades locales. Pero parece que una acción concertada está tomando fuerza.

Internet, bibliotecas e ideas distópicas

Afortunadamente, en la era de Internet, matar una idea es más difícil de lo que parece:

¿Estás enojado con los libros prohibidos? Actúa comprándolos

editores no estadounidenses con gusto darían acceso a la literatura estadounidense censurada.

Luego, la noción de biblioteca evolucionó hacia una forma más virtual (#Ebook), y el periodismo hacia algo más independiente (#Blogs).

Eso es lo que me horrorizó: TMN, entre tantos otros blogs, es para que la gente lea, con una mente abierta.

La idea de que, mañana, podríamos ser la única forma de leer opiniones independientes no es tan mala. Pero si esto llega a suceder, también significa que nos estaríamos escondiendo de alguna milicia distópica.

Crucemos los dedos.

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Fahrenheit 451 y realidad distópica

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